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A la hora de despedir a nuestros seres queridos, los servicios funerarios ofrecen diferentes posibilidades donde alojar los restos mortales. Tras el velatorio y paso por el tanatorio, la elección puede ser grabar el recuerdo de aquellos que ya no están entre nosotros en las piedras de las lápidas o, por el contrario, recurrir a los servicios de un crematorio. Aquí, tras el proceso de incineración, las cenizas del fallecido podrán introducirse en una urna funeraria. Esta opción, que día tras día gana adeptos, permite a los familiares y allegados guardar los restos en un lugar privado, más ligado al entorno directo del fallecido.
Urnas para funerales
Como ya se ha comentado, la elección de incinerar y guardar los restos mortales en una urna está cada vez más extendida. Y es precisamente debido a ello por lo que, cuando llega el momento de escoger un modelo, las posibilidades y oferta de urnas disponibles resultan realmente variadas.
Para empezar, existen diferentes modelos de recipiente en función de su tamaño y utilidad. Las urnas tradicionales son las que muestran un tamaño estándar que, medido por su capacidad, puede variar entre los tres y cuatro litros de media. La capacidad de estas urnas es directamente proporcional al peso del fallecido y su diseño está pensado para alojar la totalidad de las cenizas.
Otra elección son los relicarios. Estos son urnas de menor tamaño cuyo tamaño y características los hacen perfectos para contener solamente una parte simbólica de las cenizas. Este tamaño de recipientes es muy apropiado, por ejemplo, en casos en que la totalidad de los restos quieran ser repartidos entre varias urnas.
A partir de este tamaño, las posibilidades se muestran en forma de piezas más pequeñas capaces de albergar una cantidad cada vez menor de cenizas. El tamaño inferior corresponde a aquellas urnas que quedan disimuladas en pequeñas piezas de joyería y orfebrería que puedes llevar puestas en cualquier momento.
Servicios de cremación en Albacete
Una vez determinado el tamaño de la urna, el abanico de posibilidades todavía es más extenso ya que estas pueden estar fabricadas en múltiples materiales o adquirir diferentes formas.
En cuanto a los materiales, lo más común es que una urna esté hecha de metal, pero no siempre es así. Echando un vistazo a cualquier catálogo mínimamente variado, podrás ver que estas pueden estar también fabricadas en caoba o nogal, por citar solamente algunos tipos de madera; pero también las hay de mármol, granito, plástico e incluso de materiales biodegradables.
Estas últimas están pensadas para alojar las cenizas por un tiempo determinado y son muy útiles en el caso de que la última voluntad del fallecido sea que sus restos sean esparcidos en algún lugar especial para él.
Funeraria La Nueva Albacete | Amplio catálogo de urnas funerarias en Albacete y provincia
Seguramente, si piensas en una urna fúnebre te viene a la cabeza un recipiente de forma más o menos ovalada. Es cierto que generalmente las urnas tienen esta apariencia, pero no siempre es así.
Las hay cuadradas y de diferentes formas geométricas, pero también existen aquellas que se disimulan adquiriendo la forma de otros objetos como relojes o pequeños cajones.
Otra opción muy secundada es la de personalizar la urna.
Aquí, lo más común es encargar un grupo escultórico que pueda coronar el recipiente o envolverlo de algún modo, si no se opta por convertir la propia escultura en una original urna. En este sentido, en una urna puede también grabarse el rostro del fallecido o incluir una frase a modo de epitafio.
Por último, recordar que también se diseñan urnas pensadas para contener las cenizas de mascotas.
En definitiva, la amplia variedad de urnas disponibles hace posible que, a la hora de escoger un modelo, podamos hacerlo pensando en aquellos que nos han abandonado para poder plasmar partes esenciales de su ser en el objeto que siempre nos recordará su paso por este mundo.