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La muerte de un ser querido es un momento inigualable a ningún otro.
Aunque existen países donde los funerales y la muerte son concebidos como algo incluso positivo que se afronta con esperanzas y no con angustia, es inevitable, independientemente de nuestra cultura, que nos embargue un sentimiento de tristeza y la necesidad de vivir ese momento arropados por familiares, amigos y conocidos. Acudir al tanatorio o al crematorio a dar el último adiós a ese ser querido, aparte de un acto protocolario, es un trance especial y lleno de simbolismo.
Recuerde que en Funeraria la Nueva disponemos de servicios de tanatorios en Albacete, Minaya y Pozo Cañada.
La misa y el sacerdote suelen ser elementos propios de un funeral, pero ¿qué sucede con las personas que no son religiosas? Los servicios funerarios actuales se hacen cargo de esta situación y, además de lápidas, nichos y otras atenciones personalizadas, también ofrecen funerales laicos.
¿Cómo son los funerales laicos? | Servicios Funerarios
Realmente poca diferencia hay entre un funeral religioso y un funeral laico más allá de los símbolos religiosos, que son suprimidos en las despedidas laicas. Los laicos incluyen personas ateas o agnósticas, pero también otras que, si bien no rechazan la religión, no se sienten identificadas con ninguna de las religiones o creencias predominantes.
Como escenario para el funeral puede escogerse un salón de reuniones o de celebraciones. Normalmente se eligen sitios que tengan un vínculo con el fallecido; por ejemplo, si ha sido profesor, el salón de actos de la Universidad o de la facultad.
Con las cenizas por delante, son los propios familiares o amigos quienes pasan, por turnos, a aportar su particular visión de la persona que se ha ido, ya sea recordando su vida, sus méritos profesionales, anécdotas, agradecimientos, el valor de su amistad, e incluso recitando versos o lo que se les ocurra, siempre respondiendo a la personalidad del ser querido.
En los funerales laicos, el sacerdote desaparece para dar paso a que familiares y amigos sean parte activa de la despedida. Normalmente suelen durar unas dos horas, pero puede prolongarse varias más. Y tras esta reunión, se procede al entierro, que al igual que en el caso religioso puede ser más íntimo, si así lo decide la familia.
Funerales laicos, cada vez más extendidos.
España ha sido tradicionalmente católica y esto ha motivado que casi siempre se hayan celebrado funerales religiosos, incluso para quienes no comparten esta ideología o creencia. En los últimos tiempos los servicios funerarios, conscientes de que cada vez la gente se está distanciando más de las creencias tradicionales, ofrecen esta modalidad de funerales laicos.
Lo que importa es que, en un momento tan trascendental de nuestras vidas, nos sintamos a gusto, rindiendo homenaje a esas personas que queremos y a las cuales no veremos más, al menos en esta vida.