Cuando una persona pierde a un ser querido, comienza un proceso de duelo, que puede tener multitud de formas de expresarse, de intensificarse y de prolongarse en el tiempo. Lo que coincide en todas ellas, es la necesidad que tienen estas personas de recibir y experimentar la comprensión y la empatía de las personas con las que tratan en esos difíciles momentos. En este artículo desde Funeraria La Nueva de Albacete, queremos hablaros de la importancia de la comunicación no verbal, a la hora de tratar con personas que estén pasando por ese amargo trance.

La importancia de la comunicación no verbal en el proceso de duelo.

Cuando hablamos de duelo, no lo hacemos de una enfermedad o trastorno mental, sino de un proceso complejo doloroso, especialmente cuando la pérdida se ha producido de una manera repentina. por ello, lo normal es que después de pasar por diferentes estados y fases, antes de que desaparezca, o al menos, se aprenda a vivir con esa pérdida. Cuando ese duele se alarga demasiado en el tiempo o no se procesa de una forma sana, puede desembocar en otras patologías más graves y que se pueden cronificar en el tiempo. Vivimos en una sociedad, en una cultura y en un momento en el que sólo tenemos ojos para la satisfacción y las sensaciones aparentemente positivas. Otras experiencias que, no sólo, nos provoquen sufrimiento, sino que incluso nos saquen de nuestra zona de confort, son directamente desechadas y escondidas en lo más profundo de nosotros.

Después del fallecimiento de ese ser tan querido no podemos meternos en una cueva a lamernos nuestras heridas, sino que es incluso sano y curativo, en el momento que podamos, continuar con nuestra vida y con nuestra realidad. Tenemos que seguir comunicándonos con el mundo que nos rodea y con las personas que nos encontramos frente a nosotros todos los los días.

Por ello, es una responsabilidad para las personas que sufren esa pérdida el intentar que las emociones negativas que puedan estar sintiendo y los pensamientos pesimistas que pasen por su cabeza, no afecten, en la medida de lo posible, en su forma de comunicarse con los demás; y también lo es para las personas que, por una razón o por otra, tenemos la necesidad de comunicarnos con ellas. Esta comunicación es una herramienta esencial, que puede convertirse en un proceso de lo más terapéutico, que puede darles una importante dosis de confianza, de serenidad y de optimismo ante la nueva etapa que se abre ante ellos.