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Conscientes del duro trance que supone la pérdida de un ser querido, las empresas de servicios funerarios tenemos la misión de apostar por una oferta amplia que permita presta a los clientes un servicio integral con el que encuentren toda la asistencia y apoyo que puedan necesitar en momentos tan delicados como este.
En la actualidad, nuestro trabajo va más allá de habilitar un tanatorio para dar el último adiós o facilitar el crematorio para obtener las cenizas del cuerpo físico de quien nos ha dejado. Las funerarias ya no deben limitarse a vender unas frías lápidas que atestigüen el recuerdo del familiar que se nos ha ido, sino que también deben prestar ayuda a los familiares con los trámites legales, pompas fúnebres, el papeleo ante la Seguridad Social e, incluso, facilitar la orientación psicológica para hacernos más llevadero el trauma de la muerte.
¿Cómo superar el primer impacto del fallecimiento de una persona?
Superar el fallecimiento de una persona a la que hemos querido y querremos siempre, aunque no podamos comunicarnos con ella ni compartir un espacio físico, como cuando estaba viva, es uno de los tragos más amargos por el cual debemos pasar todos nosotros. Nadie se libra de este dolor y, si bien, como se suele decir, “la vida debe continuar”, algunas personas tardan mucho en reponerse.
Esto sucede, sobre todo, cuando las circunstancias del fallecimiento han tenido lugar de manera especial, como puede ser a causa de un accidente, una muerte súbita, o cuando no has podido dar el último adiós También cuando quien fallece es un niño pequeño o una persona muy joven a la que nadie hubiera podido augurar un adiós temprano. O, incluso, aunque se trate de una persona anciana y enferma, no todos podemos superar el adiós de manera fácil.
Cómo afrontar el duelo
Cualquier despedida va acompañada de un proceso de duelo. En unas personas se manifiesta con más intensidad que en otras. Sentirse triste es normal. Además es lógico variar nuestras emociones e, incluso, pasar a experimentar rabia, frustración, angustia, enfado, la sensación de vacío y miedo. El duelo puede ser concebido como una fase completamente normal y hasta necesaria, ya que tiene una función adaptativa. Tenemos que aprender a vivir en la nueva realidad de que ese ser querido ya no está con nosotros. En algunos casos, la nueva situación supondrá un cambio radical en nuestras vidas. Por ejemplo, si esa persona vivía con nosotros.
La duración del duelo es variable y puede durar varios meses o, aun, prolongarse por años. Siempre es bueno contar con el apoyo de un grupo de psicólogos que nos orienten sobre cómo hacer más llevadero ese proceso de duelo. Y recuperar, así, cuanto antes, las ganas de retomar nuestros proyectos. Hay una serie de consejos que recomendamos para afrontar la muerte de un ser querido:
Habla de ello
Hablar de ello con familiares y amigos. Hacerlo hará que los recuerdos se consoliden, alejará los aspectos negativos o tristes y dejará lo más bello.
Los sentimientos que se experimentan ante la muerte son normales y debemos aceptarlos, ya sean de tristeza, ira, enfado, impotencia o cualesquiera otros. Cuidarse. Aunque apetezca menos que antes, ahora es más necesario que nunca: comer y dormir bien es esencial para el cuerpo y la mente.
También ayuda mucho honrar a su ser querido y realizar un acto que sepamos que le hubiera gustado. Por ejemplo: un donativo a una entidad benéfica con la que fuera afín, la visita a un lugar que le gustara mucho o, incluso, cocinar su plato favorito y degustarlo con la familia.
Si, pasados unos meses desde el fallecimiento de un ser querido, no hemos notado mejoría, es muy necesario acudir al psicólogo, que nos ayudará con diversas técnicas. Entre ellas, la psicoterapia, para recuperar nuestras ganas de vivir.
Superar sin olvidar
No existe un tiempo determinado en el que superar la pérdida. Cada persona necesita su propio espacio y tiempo emocional en el que afrontar un fallecimiento cercano. En ese periodo la asimilación es variable según las circunstancias personales de cada persona aunque existen unas pautas para poder acelerar este proceso y es permitirnos a nosotros mismos el estar tristes, a echar de menos, en llorar. Hemos de aprender a convivir con el dolor y a vivir el día a día sin necesidad de olvidar. Porque es importante mantener el recuerdo de todo lo positivo que te aportó el fallecido como medio para afrontar tu nueva vida.
En Funeraria la Nueva de Albacete entendemos todos los estados emocionales tras la pérdida de un ser querido. Y por eso contamos con un servicio de asistencia psicológica. Un servicio que se incluye dentro de nuestros servicios integrales con el fin de prestar todo el apoyo tan necesario en este duro trance.