El duelo en la adolescencia

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El proceso psicológico del duelo se manifiesta de distintas formas según la etapa vital en la que nos encontremos. Así, podemos afirmar que este proceso, que ya de por sí es duro para cualquier persona, se torna todavía más complejo en la niñez y en la adolescencia.

En publicaciones anteriores hemos abordado cómo viven los niños el proceso de duelo y cómo podemos ayudarles cuando se enfrentan a una muerte. En este artículo,  pretendemos abordar cuáles son las principales características que se presentan en un adolescente que sufre la pérdida de un familiar o amigo, y ofrecer algunas claves para ayudarle a sobrellevar la pérdida.

La adolescencia es una etapa en la que las emociones pueden llegar a ser bastante complejas. Desde los 12 a los 18 años de edad nuestro cuerpo y nuestra mente sufren numerosos cambios tanto a nivel físico, como psicológico y cognitivo. Esto hace que el adolescente, a la hora de enfrentarse a situaciones difíciles, como puede ser la pérdida de un ser querido, pueda no saber gestionar lo que se está sintiendo.

Como sabemos, cada persona es única y vive sus procesos de forma particular. Cuando somos adolescentes todavía estamos en pleno desarrollo de la conciencia y la personalidad, por eso nuestras reacciones ante momentos dolorosos pueden ser poco comprensibles e incluso desmesuradas.

Conductas y sensaciones más frecuentes ante el duelo en la adolescencia.

  • Pérdida de apetito.
  • Sensación de vacío.
  • Sentimiento de culpa.
  • Cambios de humor repentinos.
  • Ataques y arrebatos.
  • Problemas para concentrarse y conciliar el sueño.
  • Dificultades para expresarse.

Sabemos que no todas las personas sufren el duelo de la misma forma, sin embargo la mayoría de adolescentes suelen presentar alguno de estos síntomas tras la pérdida de una persona amada. Con el tiempo la intensidad de estos irá disminuyendo, aunque se ha demostrado que pueden fluctuar dependiendo de algunos factores como por ejemplo, la llegada de fechas señaladas, cambios estacionales…

Asimismo, debemos contar con la posibilidad de que el adolescente actúe con una normalidad aparente. Esto se debe a que tiende a mirarse como parte de un grupo, por ello, puede llegar a emplear la indiferencia y el silencio para no sentirse excluido y como mecanismo de autodefensa.

Cuando nos encontramos en esta fase emocional, todavía no contamos con las herramientas y la madurez suficientes para afrontar el duelo por nosotros mismos. Es cierto que en la adolescencia la concepción que se tiene de la muerte es muy similar a la del adulto. Pero debemos tener en cuenta que no lo es del todo. Para el adolescente la muerte es algo que se suele ver muy lejano, de ahí que cuando ocurre, se tienda a relativizar el proceso y a tener dificultades para exteriorizar los sentimientos que le producen e incluso para identificarlos.

Este obstáculo comunicativo, puede hacer que el adolescente que se está enfrentando al duelo entre en un estado de bloqueo o de negación permanente y que, para aquellos que pretenden ayudar, les sea complicado poder llegar a él.

Para tratar de evitar que esto ocurra, es importante saber mantener una comunicación activa con los adolescentes que pasan por este proceso. Lo que no quiere decir que tengamos que estar encima de ellos en todo momento, ya que podemos causar un efecto contrario al que buscamos. Debemos entender que es imprescindible otorgar al adolescente su espacio y tiempo para que también pueda gestionar su proceso de forma personal y privada.

Entonces, ¿Qué podemos hacer para ayudar a un adolescente en el duelo?

Aquí ofrecemos algunas de las claves principales para ayudar a los adolescentes a aprender a convivir con la pérdida de una manera sana, realista y natural.

  • Afrontar la situación con empatía. Tener en cuenta la etapa en la que se encuentra y todas las dudas e inseguridades que surgen en esta.
  • Emplear la pedagogía y el tacto para ayudarles a conducir la situación de una forma emocionalmente sana.
  • Saber dar el espacio que necesiten, pero no caer en el abandono completo. Es normal que ante una situación así el adolescente se aísle, pero esto no quiere decir que no necesite ayuda. Por tanto, hay que estar atentos y ser cercanos.
  • Otra de las claves e intrínsecamente relacionada con el punto anterior es la paciencia. Nadie aprende a convivir con el duelo de un momento a otro y cada persona necesita sus tiempos.
  • Ofrecerles la posibilidad de recibir atención psicológica. El duelo puede llegar a ser muy doloroso para algunas personas, independientemente de su etapa vital, por eso es de crucial importancia saber discernir cuando el adolescente necesita ayuda de un profesional.

Las fases del duelo son las mismas para todos, pero no repercuten por igual en cada uno de nosotros. Es importante tener en cuenta que factores como la etapa vital, pueden influir sobremanera en la forma en la que afrontamos el dolor de la pérdida.

Desde Funeraria La Nueva esperamos que este artículo haya sido de tu interés y pueda ayudar a cualquiera que tenga que lidiar con el duelo en la adolescencia. Nuestro objetivo será siempre servir de apoyo y arrojar luz en los momentos más complicados. Visita nuestra web y nuestro blog para obtener más información sobre nosotros y conocer otros artículos relacionados.