La psicología del duelo resulta de gran ayuda para aquellas personas que después de haber perdido a un ser querido no son capaces de superar el dolor, ni de retomar una cierta normalidad en sus vidas.
Si pasado un tiempo prudencial no han conseguido revertir la situación, estamos ante un serio problema. Por lo tanto, para salir del pozo, tal vez tengamos que pensar en buscar la ayuda de un profesional.
La situación puede complicarse todavía un poco más cuando lo que se produce es un fallecimiento inesperado o traumático, porque en esos casos puede existe el riesgo de que el duelo se transforme en patológico si la persona que sufre la pérdida tenía sentimientos ambivalentes hacia el ser que acaba de perder.
Fases durante el proceso de duelo
Pasar el proceso de duelo es vivir con las emociones a flor de piel, durante un periodo de tiempo que se caracteriza por el dolor y el sufrimiento. Pero son emociones que van llegando de forma repentina, sin ningún tipo de orden, mezclándose unas con otras. A veces, a la vez que hacen acto de presencia los servicios funerarios en Albacete.
1–. Fase de negación
Cuesta asumir la realidad, se vive como en un estado de shock. La persona que sufre no tiene muy claro si lo que le pasa es real o si en el fondo se trata de una pesadilla. Tiende a creer que en cualquier momento puede aparecer el fallecido.
Son momentos muy duros en los que aparecen cuadros de ansiedad, mareos, insomnio o hiperventilación.
2–. Fase de culpa
Cuando el afectado se convence de que no habrá vuelta atrás, de que la pérdida es definitiva, puede culparse a sí mismo de lo ocurrido, por no haber hecho todo cuanto estaba en su mano para evitar la tragedia o, tal vez, por haber provocado una discusión horas antes del accidente.
3–. Fase desesperanza
Asumida la realidad, solo queda tristeza, vacío interior y sentimiento de soledad y desamparo.
4–. Fase de rabia
Cuando aparecen la frustración, la rabia y el abatimiento.
5–. Fase de aceptación
Podríamos decir que se trata del principio del fin. Al aceptar lo que ha ocurrido, la persona que sufre puede empezar a recomponerse, a volver a vivir. La ausencia del ser querido sigue doliendo, pero de otra manera: aprendemos a vivir sin nuestro ser tan querido, que por otra parte, siempre quedará en nuestro recuerdo.
Atención psicológica para superar la fase de duelo
No queda más remedio que seguir adelante, por nosotros mismos y por nuestros otros seres queridos que siguen vivos y nos necesitan al cien por cien: hijos, padres, hermanos o amigos.
Como bien sabes, nadie tiene una varita mágica capaz de evitar el sufrimiento por la pérdida de un ser querido, pero si recurrimos a un psicólogo el dolor puede volverse menos cruel y más llevadero, porque este tipo de profesionales saben cómo aligerar la mochila que llevamos encima. Y lo más importante, guiarnos durante el duelo.
Un buena atención psicológica nos ayudará a saber manejar los episodios de ansiedad, culpa o tristeza, habituales en estos casos. Su papel es mucho más importante de lo que podría pensarse; de hecho, muchas veces, las depresiones o los trastornos de ansiedad son la consecuencia de un duelo mal hecho.
En estos casos, nunca está de más la ayuda de un psicólogo, cuyas terapias resultan muy útiles para hacer más llevadero el dolor. Técnicas psicológicas que te ofrecemos en tu funeraria en Albacete, que se pueden complementar con otras que ayudan a aliviar significativamente el dolor que sufre quien llora a un ser querido: hipnosis, estimulación bilateral o la terapia emocional.